La hepatitis B: Aguda y crónica



 
La hepatitis B se ha convertido rápidamente en uno de los principales problemas de salud publica en el mundo. Algunos fuentes cifran en más de mil millones de personas han sido afectadas por el virus. Más de 200 millones de personas son portadores crónicos del virus. Cada año se registran 50 millones de casos nuevos.
Más de dos millones de personas mueren, anualmente debido al virus. En regiones de endemia intermedia, como Europa oriental, la región mediterránea, Rusia, Oriente Medio y Latinoamérica, entre 20 y 55% de la población adulta ha estado expuesta a la enfermedad y de 0.5 a 7% son portadores. La infección en niños es más común en regiones de endemia intermedia que en las de endemia reducida, pero los ataques son leves y con menos frecuencia causa las molestias que presenta el paciente adulto.
Sin embargo, los niños afectados con hepatitis B tienen más probabilidad de convertirse en portadores y corren mayor riesgo de presentar, más adelante, cirrosis o cáncer hepático.
Hay otros grupos en riesgo que muestran, por su estilo de vida, una frecuencia elevada de infección. Es el caso de los recién nacidos con madre portadora y los familiares de pacientes que sufren o son portadores de hepatitis B.

Tipos de hepatitis B: Aguda y crónica.
La Hepatitis B puede cursar con diversas formas de hepatitis. La infección asintomática, con recuperación total y la adquisición de resistencia, en un 80% de los casos. Bien una infección débilmente expresada que debuta con un síndrome catarral con la plena recuperación. Cuando la enfermedad se desarrolla con fuerte sintomatología se denomina hepatitis aguda, toma alrededor de 1-6 meses desde el momento de la infección hasta que aparecen los síntomas de una hepatitis aguda.
En un 0,1% de los casos aparece una hepatitis fulminante con alta mortalidad. Aproximadamente el 10% de los casos de hepatitis B aguda se convierten en una enfermedad crónica. Se considera que una Hepatitis aguda se convierte en crónica, cuando el virus persiste mas de 6 meses. (Ver grafico de marcadores en Diagnostico. Marcadores y evolución)

Una de cada 3 personas que presentan una hepatitis crónica es un portador sano. Es decir no presenta síntomas pero puede transmitir la enfermedad.

En la mayoría de los pacientes con hepatitis B crónica, las consecuencias finales son la cirrosis hepática y sus complicaciones: ascitis, encefalopatía hepática, insuficiencia hepática, hipertensión portal, sangrado de varices esofágicas, cáncer primario de hígado y, en última instancia, conduce a la muerte.